jueves, 7 de octubre de 2010

40%, 50%, 60%, 70%...



¿Por qué será que cuando llegan las rebajas o vemos un gran descuento, terminamos por gastar más o compramos cosas que ni nos habíamos planteado? ¡Encontramos un producto rebajado y de repente nos acordamos de que era algo que siempre habíamos querido y necesitado! Que suerte, y que casualidad, que justo el producto tiene un buen descuento. Casi sin darnos cuenta, ya estamos sacando el monedero y adquiriendo nuestro producto taaan necesario.

Quien más o quien menos ha comprado algún producto atraído por un gran descuento y no porque realmente lo necesitara. Esta tentación me está acechando cada día desde hace un par de semanas. El caso es que decidí apuntarme a una página de compra colectiva que, gracias al gran número de usuarios, proponen planes diarios a muy buen precio. Su anuncio me reclamaba desde la columna derecha de facebook, donde el 70% de descuento en sus planes desviaba mi atención del cotilleo habitual con mis amigos. Al final, caí. Y ante mí se abrieron un sinfín de posibilidades. Que si un menú degustación en un restaurante con clase con un 52% de descuento… que si “regeneración celular” por 27 €… que si 60% de descuento para conducir un Buggie… ¡Un Buggie! ¡Todo un sueño hecho realidad! Pero la verdad es que son cosas que no me había planteado hacer y por las que estaba dispuesta a pagar porque costaban menos de lo que cuestan habitualmente.

Esta situación me hace reflexionar sobre cómo nos dejamos llevar por el consumismo rebajado. Según una de estas webs, por cada bono vendido se ha conseguido una media de 16 € de descuento y llevan casi 140.000 tickets en un año. Además, empecé a preguntarme cómo afectan estos descuentos a la imagen de las empresas que los ofrecen. Supongo que, en este sentido, podemos hablar de dos puntos de vista diferente. Por un lado, los usuarios de estas webs, para los que esta situación es bastante positiva, y, por el otro, los consumidores habituales de estos productos y servicios, que deben tener la sensación de que han estado pagando hasta un 70% más de lo que en realidad cuesta y para los que, supongo, no es tan positivo.

Aún así, hay que tener en cuenta que normalmente se trata de negocios locales. Este tipo de páginas web llegan diariamente a miles de personas directamente a su correo electrónico y, la mayoría, lee las ofertas que se proponen para ese día. Quizás de otra manera, estas empresas no llegarían a contactar nunca con un número tan elevado de personas o deberían invertir un gran presupuesto que actualmente no tienen. Así que son ellos los que deben poner en una balanza la situación y elegir entre perder algún cliente habitual o conseguir una gran difusión on-line. En mi opinión, estas webs acabaran siendo un paso habitual en la organización de los planes de ocio y la participación en ellas de estas empresas terminaran por marcar la diferencia ante otras compañías de la competencia que no posean este tipo de público on-line.

1 comentario:

  1. Estoy totalmente admirada de los avances que nos ha proporsionado internet pero mas admirada estoy del dominio de los jovenes de estos campos, para una persona de mi edad, ni muy muy ni tan tan, el manejo y los conocimientos que adquieren a traves de este mundo virtual, me queda muy lejano y leyendo este blog aún descubro más cosas...como que aquella formula tan antigua de el traspaso de costumbres, tradiciones y conocimientos a traves del boca a boca, aún hoy en el siglo 21 sigue funcionando, pero eso si, con un soporte universal y casi infinito, bueno limitado al número de seres Humanos que existen en esta tierra, en el fondo seguimos repitiendo esa manera tan antigua que tiene el hombre de traspaso de información pero brillantemente asistido por la tecnología, dicho esto voy a consultar que bonus descuento tengo para hoy. Me han gustado mucho las reflexiones de este blog...me hacen pensar.

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