martes, 16 de noviembre de 2010

Drac Novell

Este es el segundo año que participo en el Drac Novell de alguna manera u otra. En 2009 tuvimos la suerte de ganar uno de los segundos premios y, en 2010, quizás por nostalgia y por los buenos recuerdos, decidí apuntarme como voluntaria para colaborar de alguna manera en la organización del evento. Aprovechando que he vivido el concurso y puede ver su desarrollo desde dentro en estos años, utilizaré esta perspectiva para hablar de la comunicación y el Drac Novell.



Se trata de un concurso a nivel internacional en el que se permite poner en contacto a los futuros publicitarios con los actuales, mostrar ideas innovadoras y, por qué no, intentar ganar algún premio que reconozca tu trabajo. Pero no sé si es porque estamos programados así o porque hay algo que no termina de funcionar, que los trabajos a presentar se entregan prácticamente siempre en el último momento (¡si se entregan!). Llega Noviembre y parece que el tiempo se te echa encima en la realización de trabajos para presentarlos al concurso. Al final terminas desistiendo y te prometes que la siguiente edición no volverá a pasar lo mismo y que ya desde verano empezarás a crear cosas “guais” para presentar. Pero llega Junio, se abre la convocatoria y hasta el próximo Noviembre no vuelves a pensar en él. ¿Por qué?

En clase comentamos que esta edición tenía poca participación en la categoría de interactivos y que, posiblemente, la causa fuese el tiempo, ya que se trata de trabajos que requieren más tiempo para su creación. Pero en realidad es un factor que nos afecta a todos y siempre llegamos por los pelos. La verdad es que, comentándolo con otros compañeros de otras universidades, el concurso pasa bastante desapercibido durante todo el año y es solo cuando quedan pocos días cuando empieza a adquirir más relevancia. Esto me hace pensar que hay algo en la comunicación del Drac que no termina de encajar. Cuando esto falla, las prisas son muchas y la participación es menor (¡muchísimo menor!).

Con mi camiseta de Puma blanca, que identificaba a los voluntarios de la edición de 2010, y junto con un grupo de chicas de primer curso, pude comprobar que algo había fallado este año. La participación general fue bastante baja y, lo que me sorprendió aún más, es que se había organizado un speed protfolio (evento que ni tan solo salía en el programa pero que, para mí, era de lo más relevante) y solo se apuntaron siete privilegiadas personas (y lo de privilegiadas va en tono positivo y de envidia sana, ya que pudieron traer sus trabajos y mostrárselo a profesionales que les aconsejaban). Las salas estaban vacías y a los voluntarios no se nos asignaba prácticamente ninguna tarea, y eso que había respondido al segundo e-mail en el que pedían voluntarios casi una semana antes del festival porque faltaba gente.

La verdad es que tanto por un lado, como concursante, como por el otro, como voluntaria, he tenido la misma sensación. El Drac Novell no es un festival de categoría internacional, sino un festival al que te puedes presentar si eres de cualquier país del mundo. El Drac Novell no es un festival profesional sino un festival donde participan profesionales. El Drac Novell no es un festival conocido sino un festival desconocido. Todos estos inconvenientes podrían resolverse con una mejor comunicación: planeada, organizada, más activa y más interactiva. Y sabe muy mal tener tan cerca un evento como este para dejarlo pasar de una manera tan inadvertida. Pero de los errores se aprende y ahora solo queda esperar a ver cómo se desarrolla la próxima edición.

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